Comer no siempre es sinónimo de nutrirse

Aprender a alimentarnos es básico para nuestra calidad de vida. Por eso es fundamental saber distinguir entre alimentos y combinar la buena alimentación con algo de deporte.

Alimentarse no siempre nos asegura un buen estado de nutrición. Para que esto suceda debemos realizar una adecuada selección de alimentos, combinarlos y consumirlos en proporción y adecuándolos a cada etapa de la vida (lactancia, embarazo, niñez, etc.).

Muchas veces cometemos errores cuando elegimos cantidad y calidad de alimentos, obteniendo así una dieta deficiente en algunos nutrientes y con excesos en otros.

Podemos decir que alimentación y nutrición no son sinónimos, sino que son procesos vinculados, pues la alimentación es el primer tiempo de la nutrición, teniendo como finalidad la degradación de los alimentos. Por ello es importante reconocer la diferencia entre principio alimenticio y principio nutritivo.

El primero son sustancias que integran los alimentos y el segundo es toda sustancia que forma parte del organismo; es por esto que la ausencia o disminución por debajo de un límite determinado produce enfermedades por carencia.

Como todo principio alimenticio es, indirectamente, principio nutritivo. (Por ejemplo almidón-glucosa).

Cuanto más variado comamos, mejor nos aseguramos de ingerir todos los nutrientes que nuestro organismo necesita. Así, las sustancias que ingerimos son hidratos de carbonos, que tienen una función energética en el organismo (combustible). Éstas se dividen en simples y complejas. Las simples, denominadas así por su rápida absorción son, por ejemplo, los azúcares, dulces, miel y derivados. A través se su degradación se trasforman en glucosa, la energía necesaria para el normal funcionamiento del organismo.

Los hidratos de carbonos complejos son los cereales, pastas, legumbres y derivados. También aportan energía al organismo y son fuente de fibras y vitaminas del complejo B, si se consumen integrales.

Las proteínas, por su parte, tienen una función plástica (forman y reparan tejidos). Los alimentos fuertes son carnes de todo tipo, aves, pescados, huevos, leche y quesos, siendo estos dos últimos también fuentes de calcio y potasio.

Por otro lado, las grasas cumplen una función energética por excelencia. Son esenciales para la absorción de algunas vitaminas (liposolubles), su exceso puede producir problemas de obesidad, coronarios, arteroclorosis y colesterol. Se encuentran en aceites vegetales y grasas animales como mantecas, crema y grasas.

Finalmente, las vitaminas y minerales cumplen una función reguladora, protegen al organismo mediante la constitución de enzimas que participan en el metabolismo intermedio, así como también intervienen en funciones inmunes. Se encuentran en frutas y verduras (crudas) las cuales son, a su vez, fuente de fibra.

¡Comer variado es bueno para vivir con salud!

Stella Rovera
Lic. En Nutrición

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